MENTE

Mentes para innovar, emociones para desear, organización para caminar, utopías para avanzar

En este apartado encontrarás información sobre las Líneas Estratégicas.
Puedes ver los vídeos explicativos, leer la información en los desplegables ubicados en la parte inferior de la página o descargarte toda la información en PDF.

LÍNEAS ESTRATÉGICAS

En breve encontrarás en este apartado videos explicativos de las Líneas Estratégicas del congreso.

Línea Estratégica 1. Cuerpos y territorios

Desde hace ya décadas las luchas feministas posicionaron el cuerpo como una de sus principales fuerzas movilizadoras. Los feminismos críticos se han empeñado en hacer visible el cuerpo para comprender desde ahí el mundo. Y las contribuciones desde la diferencia cultural han puesto de manifiesto que el género, junto con otros ejes de opresión, es un mecanismo de dominación cultural sobre los cuerpos racializados.

Retomamos, aprendemos de sus debates y experiencias plurales sobre el cuerpo para construir un proyecto político emancipador fundamentado en miradas críticas y contrahegemónicas capaces de hacer frente al capitalismo, colonialismo y heteropatriarcado. Afrontar hoy las crisis que nos atraviesan requiere pensar y construir colectivamente alternativas que pasen por los cuerpos y los territorios. Este V Congreso de Educación para la Transformación Social tiene el desafío, entre otros, de aproximarse a la comprensión crítica del cuerpo y el territorio y a su interés tanto para la producción de un conocimiento relevante como para poner en marcha procesos de transformación social que nos permitan transitar hacia un proyecto cultural empoderador, construido desde abajo y a la izquierda.

Pensar y actuar desde y con el cuerpo y el territorio facilita aprender de las experiencias de vida de esos cuerpos situados en territorios concretos y particulares. No olvidemos que los derechos conquistados, las transformaciones sociales vienen empujadas por esos cuerpos, esas historias de quienes viven y mueren defendiendo luchas dignas y rebeldes en distintos rincones del planeta. De ahí que entendamos la acción educativa encarnada en el cuerpo y enraizada en su contexto socio-cultural y político. La expresión de conocimiento situado hace referencia a ese posicionamiento social que inevitablemente afecta nuestra comprensión y actuación.

También significa que tanto la dimensión racional como emocional de la vida son fundamentales en los procesos educativos que impulsamos. Nos referimos al abordaje del sentipensar que nos trae Abya Yala que, por un lado, implica erradicar el tan consolidado binomio cuerpo/mente, y, por otro lado, decolonizar la razón como el origen único del saber mostrando que el conocimiento se construye a través de formas plurales y diversas.

Un pensamiento y acción encarnados en los cuerpos y territorios es un buen camino para escapar de la epistemología occidental y retar esa idea, aún vigente, de que la única teoría existente es la académica. En este sentido, rescatamos prácticas pedagógicas de aprendizaje y desaprendizaje porque no sólo se trata de combatir el discurso hegemónico, sino de cuestionar críticamente las formas encarnadas de aprenderse. De ahí que, como ya hace un tiempo se viene denunciando, el problema no sea solo el capitalismo en sí, sino el capitalismo en mí. Y siguiendo este recurso, podríamos decir el patriarcado en mí, el racismo en mí, la colonialidad en mí.

Lo que está en juego es una revolución social y cultural y para ello abrazamos un diálogo abierto con aquellos procesos y sujetos políticos que encarnan experiencias y saberes emancipadores, independientemente de donde hayan surgido.

Línea Estratégica 2. Construcción comunitaria

En momentos como estos en los que la cultura dominante insiste en la individualización y despolitización de personas, colectivos y comunidades, proponer una acción educativa que contribuya a la construcción comunitaria representa un acto rebelde y contrahegemónico.

Entendemos la construcción comunitaria como un proceso educativo encaminado a fortalecer la comunidad como sujeto político que se apropia de la construcción de su propio proyecto social y que se presenta como actor fundamental para tejer, desde abajo, las complicidades necesarias para crear sociedades feministas, de cuidado, entornos justos, equitativos y sostenibles en los que desarrollar vidas más dignas y felices.

La construcción comunitaria contribuye a consolidar el vínculo social que genera convivencia, que refuerza entre sus miembros el sentido de pertenencia, de corresponsabilidad y de solidaridad mutua.

El trabajo que desarrolla la comunidad se mueve en el ámbito de lo común, de lo que interesa proteger o promover porque beneficia al conjunto. Se ocupa de lo material pero también de lo simbólico. Por eso afirmamos que lo comunitario dota de sentido a la existencia. La defensa de lo colectivo, como modo de articulación y como estrategia de movilización, representa un modelo de lucha por lo público -desde una perspectiva no estatal y desde una lógica no mercantilizada- esencial en contextos de exclusión y precarización crecientes.

Por todo ello, desde la perspectiva de la Educación para la Transformación Social la construcción comunitaria es una dinámica pedagógica imprescindible. Ahora bien, estos procesos son complejos y no están exentos de conflictos de muy diverso tipo. Máxime cuando queremos promover dinámicas participativas, que requieren a su vez estrategias de aprendizaje y empoderamiento. Estrategias inclusivas donde la diversidad se aborde desde una interculturalidad liberadora, consciente de las asimetrías de poder existentes, capaz de volver una mirada crítica sobre sí para, desde ahí, establecer diálogos horizontales.

Voces, saberes y experiencias diversas se recuperan entonces -en los procesos de construcción comunitaria- como conocimientos valiosos para pensar dinámicas que opongan al proyecto capitalista, heteropatriarcal y colonial vigente, nuevos proyectos sociales, políticos, educativos, económicos y culturales de carácter emancipador.

Línea Estratégica 3. Aprendizaje anticipativo

Hace 50 años, el informe Aprender: Horizonte sin límites del Club de Roma ya hablaba de que un rasgo clave para enfrentarse a las incertidumbres de las crisis del futuro era la anticipación. Una propuesta esta, alternativa al aprendizaje en shock que genera aprendizajes radicales, pero con escaso potencial para el cambio cuando las crisis ya están desatadas. Posteriormente y con el nombre ya definido de aprendizaje anticipativo su uso se ha mantenido en el ámbito educativo, pero con débil relevancia. Hoy, las crisis que adivinamos en el futuro de este siglo XXI son mayores, más complejas, inciertas, indeterminadas y de consecuencias mucho más graves para las vidas de quienes habitamos el planeta azul.

En consecuencia, la necesidad de un aprendizaje anticipativo es hoy más actual y urgente que nunca. Así, un Congreso de Educación para la Transformación Social -que además lleva como lema central Educar en la incertidumbre liberadora– debe contemplar la anticipación creativa y empoderadora como elemento de reflexión y debate. Pero también como estrategia para construir presentes que, al tiempo que bloquean los caminos hacia distopías indeseables, faciliten vías hacia utopías deseadas e intuidas desde las mayorías planetarias y desde la sostenibilidad de las vidas y sus plurales ecosistemas.

Esta orientación estratégica debe afrontar dos miradas de riesgo hacia el futuro que el modelo hegemónico siembra e intenta imponer.

La primera es la que sugiere que el futuro y sus posibles crisis se pueden solucionar sin realizar cambios profundos -socioculturales, de estructuras, hábitats y poder- en los modelos actuales  y que los riesgos futuros solo se resolverán con más de lo mismo, con respuestas científico/tecnológicas. Esta mirada, reasienta una visión conservadora y catastrófica que restringe lo anticipativo a que sean las élites mundiales -del poder y de la ciencia y la tecnología- quienes lo hagan, pero al margen de la ciudadanía, de las propias comunidades.

Y la segunda, con similar resultado de bloqueo de la anticipación crítica en clave conservadora, consiste en todo lo contrario, en construir horizontes aterradores e irracionales ante los que solo cabe el “sálvese quien pueda”. Y en todo caso estar lo mejor preparado a base de individualismo, xenofobia, competitividad, poder y acumulación de recursos, aprovechando al máximo lo que ofrecen los modelos dominantes actuales.

Ante ello, reafirmamos como clave estratégica un aprendizaje en anticipación, comunitario, participativo, crítico, analítico, prospectivo, realista y creativo. Nacido en la utopía que atiende los intereses de las comunidades, que gira en torno a la vida, al cuidado, a la sostenibilidad y a los derechos de todas las personas y de los ecosistemas.

Un aprendizaje que es también evaluativo, impulsado por el poder emancipador de las comunidades y orientado a la elección permanente de caminos, ensayos e innovaciones sociales y culturales. Redimensionaremos así esa huella anticipada ya en el siglo pasado. Frente al “todo seguirá igual” o al “todo conduce a la catástrofe”, trabajemos la transición hacia futuros deseables. Es una labor clave de todas las agencias que hacemos transformación social y resistencia al orden hegemónico.

Línea Estratégica 4. Redes, alianzas y comunicaciones otras

El movimiento de Educación para la Transformación Social aboga por generar un proceso de construcción colectiva que, desde la consciencia de los problemas generados por el modelo de desarrollo capitalista, heteropatriarcal y colonial vigente, permita avanzar hacia un horizonte de sostenibilidad de la vida.

Es indispensable recorrer este camino revolucionario de poner la vida en el centro de forma articulada, en alianza con el conjunto de sujetos productores de educación crítica y a través de comunicaciones otras que no solo combatan los discursos hegemónicos, sino que cuestionen los propios procesos de comunicación con el objetivo de transitar hacia la praxis transformadora.

Desde la máxima de que “lo personal es político” las identidades y vivencias que atraviesan los distintos colectivos determinan sus luchas y reclamos. A otro nivel, el trabajo en red entre la diversidad de movimientos sociales favorece la comprensión de los múltiples ejes de opresión que se interrelacionan en el sistema actual y tienen la misma raíz. Las luchas sectorizadas van superando la dispersión para situarse en confluencia con las de otros movimientos y generar espacios de articulación.

El trabajo en red resulta esencial para fortalecer el actuar contrahegemónico y promover la anhelada transformación social. Sin embargo, también presenta importantes retos que requieren de esfuerzos permanentes de revisión crítica. Entre otros, trabajar de forma horizontal (sin la hegemonía de un sector determinado); de manera sostenida (profundizando en redes y alianzas perdurables); dialogada (reconociendo y respetando la agencia política de los sujetos); colaborando con movimientos que nos cuestionen; superando los conflictos (estableciendo acuerdos de mínimos); y tratando de dar respuesta a lo sintomático (los problemas cotidianos), sin olvidar que nuestro objetivo es lograr cambios estructurales.

Avanzar hacia una educación emancipadora implica crear alianzas entre comunidades epistémicas -entre sujetos, comunidades y territorios diversos- más allá de los límites de la educación formal, informal y no formal. Implica articular el curriculum y las prácticas pedagógicas con las prácticas sociales, poniendo en valor la estela educativa que generan sujetos que tradicionalmente no se han percibido como agentes educativos.

Los procesos de comunicación alternativos juegan un papel fundamental en esta tarea; tienen el poder de visibilizar la diversidad de sujetos emancipadores, incluidos aquellos que han sido silenciados e invisibilizados, rompiendo las barreras entre centros y periferias.

Sin embargo, aunque la comunicación ha mutado de forma compleja y ha aumentado su potencialidad socializadora, gran parte de las formas de comunicación no solo se alinean con las corrientes hegemónicas, sino que son espacios moldeados desde una lógica de mercado. Las experiencias de los movimientos sociales nos invitan a rebatir la dialéctica del poder hegemónico, así como los propios mecanismos de comunicación para poder cuestionar “lo incuestionable” desde análisis complejos, sentipensantes, histórico-decoloniales y anticipados. Desde comunicaciones otras.